miércoles, 17 de noviembre de 2010

Testimonios

MARIA
 
"Mi marido me humilló desde el comienzo de nuestro matrimonio. No me sentía respetada. Me decía que todo lo hacía mal…; era como estar hundida en un pozo. No tenía libertad, vivía coaccionada. Se enfadaba hasta cuando quería estar con mi familia. Acabó con mi dignidad y llegó un momento en que no me valoraba a mí misma como mujer, como persona. Creía que no valía nada; me abandoné, me daba igual mi aspecto. Si tomé la decisión de separarme, lo hice sólo por mi hija, porque decidí que no vería a su madre en una situación tan denigrante. Él nunca me quiso. Pensaba que se había casado con una sirvienta.
"Me gustaría que quedara claro que las faltas de respeto pueden darse en cualquier persona, sea hombre o mujer. No son los hombres los únicos agresores, si bien es cierto que las estadísticas indican que son la gran mayoría. Normalmente se piensa que las personas que sufren estos problemas tienen un nivel cultural bajo, así como problemas económicos. No siempre es así. Tanto mi ex-marido como yo tenemos estudios superiores. Una de las cosas más tristes de este problema es que muchos hombres y mujeres piensan que el trato conyugal debe ser así…, porque nunca han conocido otra cosa."


SOFIA
Cuando me casé, cuando conocí a mi exmarido creí conocer al hombre ideal, me casé muy enamorada, pensé que reunía muchas cualidades, era un hombre inteligente, un hombre culto, un hombre atento.
Y desde el principio, no puedo decir que he sido consciente, porque me he enterado muy tarde de que era una mujer maltratada, siempre he pensado que tenía un mal carácter, que era un hombre complicado. Yo creo que eran justificaciones que yo misma me daba porque a lo mejor no quería o no podía ver la realidad, reconocer que sufría maltrato. Sí, yo era consciente de que existían malos tratos físicos, porque evidentemente yo sabía que me pegaba, eran momentos puntuales, después se arrepentía, después me pedía perdón y volvía ser todo maravilloso y después volvía otra vez.
Un mensaje positivo para el resto de mujeres que están en la misma situación que tú.
Yo hoy en día veo la luz y me gustaría que todos la vieran. Lo mas importante hablar sobre el tema a quien sea, a familiares a profesionales. Yo estoy como estoy gracias a la ayuda del centro, para llegar donde estoy he pasado por muchas fases. Primero reconocimiento, pedir ayuda, identificarte como victima y no quedarte en el papel de victima y después plantearte querer salir, querer vivir, querer recuperarte. Gracias a Dios, gracias a vosotras y gracias a mi misma, que yo también he hecho mucho trabajo, me lo he currado, hoy estoy recuperada.
He pasado una vez, pero no pasaré dos.

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